Érase una brillante mañana de viernes de verano, cuando Pitufina, tan bella damisela...
Como feo servidor, iniciaron un bello viajecito hasta La iglesuela.
No llegaron los primeros, pero si pudieron catar el Jamón!!
Despues de los bellos abrazos y buenas venturas con los compañeros, Marcos y yo compramos un jamón, que Paco y Jaume ayudaron a aviar...
Y Paco, nuestro maestro jamonero, nos preparó unas sabrosas cortezas de cerdo (nunca lo podremos agradecer lo suficiente.
Con las provisiones cerveceras bien resueltas...
y las viandas preparadas por la muchedumbre y el toque mágico de la Bella Anita...
todo sabor a camaradería!