Entonces empiezan a limpiarte el parabrisas con esponjas haciendo salir disimuladamente un pecho de sus apretadas camisas. Cuando al final, para darles las gracias, intentas darles una propina ellas renuncian y piden que las lleves a otro centro comercial . Si aceptas suben y se sientan en los asientos posteriores. Mientras conduces empiezan entre ellas a hacer juegos lesbicos. Cuando llegas al parking una de ellas, haciéndose la agradecida, se sube en el asiento anterior y te hace una mamada brutal, mientras la otra sin darte cuenta te roba la bolsa del pan y los yogures. Con este ingenioso sistema me han robado la compra el martes, el miércoles, dos veces el jueves y otra vez el sábado y probablemente también la del lunes por la tarde.
