El francés menos rancio de Francia.
Tiene otros muchos momentos, cómo todo humorista, algunos más graciosos que otros. Me gustan especialmente los que se mete con los controladores del parquíng... sobretodo desde que me multaron el día en que se rompieron todos los de la calle y la señorita me dijo, que ese no era su problema, que el suyo era multarme por que yo no tenía papelito.
Luego nos extrañamos de las cosas que pasan.